miércoles, 4 de julio de 2007

El Constructor de Sueños

Con el permiso de Laura, publico este cuento, que en su día le escribí, para intentar levantarle el ánimo. Gracias Lau. Quizás puedas traducirlo y publicarlo en tu tu bolg. Será interesante ver como queda en asturiano.



...Lentamente llegó la noche. Laura estaba en casa en el campo disfrutando de un poco de paz después de tanto tiempo de nervios, estrés y súbitos cambio de humor, de los cuales sabia que el responsable era los estudios y también en parte su situación familiar.
Decidió salir de casa, necesitaba pasear para sacar de su cabeza eso malos momentos pasados. Se encamino a la puerta y parsimoniosamente se alejo de la casa en dirección al cercano bosque, ese bosque que tantas veces le había ayudado a deshacerse de sus inquietudes. Jirones de nieblas se elevaban del suelo fruto de la formación de vapor en el humus, dando a la arboleda un aspecto ligeramente inquietante, como el tenue velo que separa los sueños de la realidad cuando estamos a punto de dormir.
Al cabo de un buen rato caminando por el interior del bosque se empezó a dar cuenta de que se hallaba en una zona del mismo que no conocía, o que al menos no recordaba y se empezó a inquietar. A lo lejos creyó distinguir una luz, y se dirigió hacia ella. De repente se encontró con un claro que jamás había visto en su vida y que era posiblemente lo más hermoso que había visto en mucho tiempo.
El musgo y la hierba cubrían todo el suelo y desprendía un agradable aroma herbal que mezclado con el aroma proveniente del bosque, a tierra húmeda y hojas secas producía una extraña y relajante mezcla de aromas.
El rumor del viento en las ramas de los árboles era roto en el claro por el sonido del agua del arroyo que lo cruzaba y que sin duda se uniría corriente abajo con el río principal.
Siguiendo un impulso se descalzo y comenzó a caminar despacio en el claro, sintiendo es contacto fresco de la hierba y el musgo acariciando las plantas de su pies. Dio cinco o seis pasos dentro del claro caminando con los ojos cerrados para poder concentrarse en las sensaciones que todo a su alrededor le producía; se paró, alzo la cara y abrió los ojos y descubrió el impresionante cielo estrellado, como si millones de bombillas se encendiesen tras un telón oscuro. Aquello era sin duda un lugar maravilloso
Un ruido la hizo volver a la realidad y en ese momento se fijo en un detalle que antes le había pasado desapercibido, escondida en una esquina del claro había una pequeña cabaña de piedra y techumbre de paja, dentro de la cual se vislumbraba una figura a contraluz. Se acerco hasta la puerta y antes de que alcanzara a llamar una voz firme hablo
- ¿Quién anda ahí afuera?
- Perdone- respondió Laura- no quería asustarle. Creo que me he perdido en el bosque dando un paseo, hasta que he descubierto este claro. Es muy hermoso
- Es hermoso, si – dijo en hombre saliendo de la casa.

Era un anciano de barba rala y canosa, con unos ojos almendrados y mirada serena, astuta e inteligente. Sin duda tenía una edad muy avanzada pero su voz firme y su mirada hacían dudarlo

- Mi nombre es Laura.
- Encantado Laura ¿quieres pasar y acercarte un rato al fuego?
- No muchas gracias, hace una noche demasiado agradable aquí afuera.
- Cierto- respondió el anciano- pero, al menos ¿aceptas una taza de te? Es de una variedad muy especial que crece al otro lado de la casa.
- Si gracias, me encanta el té.

El anciano se acerco al fuego, tomó la tetera y sirvió dos humeantes trazas de té en cuencos de terracota. Acerco uno a Laura y le comentó
- Huele su aroma. A mi personalmente, me relaja mucho.
Un aroma dulzón alcanzó a Laura produciéndole una calida sensación de paz, que aumentó cuando le dio el primer sorbo a la infusión.
- Es una variedad excelente de te. Le felicito
- No es a mi a quien debes felicitar- dijo sentándose en un tronco de árbol caído-Yo solamente lo recolecto. Por favor, siéntate
- ¿Hace mucho tiempo que lleva viviendo aquí?, perdone pero no se como llamarle
- Hace mucho tiempo que olvide mi nombre, en realidad toda la vida. Vivo aquí desde hace más tiempo de lo que parece pero menos de los que puedas pensar. Si tan importante te parece darme un nombre, llámame abuelo.
- ¿Y porque dice que olvido su nombre?
- Me canse de él, me canse de mis amigos, de mi familia, realmente me canse del mundo. Llego un momento que no pude soportar mas noticias horribles, tanta violencia, tanta degradación de la sociedad me estaban consumiendo.
- Si, entiendo perfectamente lo que quiere decir, a mí a veces también pienso que el mundo me acabara consumiendo.
- Por eso yo decidí evadirme. Me adentré en un bosque, como tu esta noche y también encontré una cabaña. En ella había un viejo, como yo ahora con el que empecé a hablar. Cuando me di cuenta, habían pasado varios años y si querer había aprendido el oficio del anciano. Cuando este murió, yo ocupe su lugar
- ¿Oficio? ¿a que oficio se refieres?
- Vaya, pensé que a estas alturas ya lo habrías adivinado. ¿Todo esto no te resulta familiar?
- La verdad es que si. Es la primera vez en mi vida que estoy aquí, pero es como si lo hubiese conocido toda mi vida.
- Es que en realidad, lo has conocido toda la vida. Aquí es donde tu imaginación venia cuando necesitaba evadirse.
- ¿Como dice?-se levanto asustada- ¿quién es usted y que es esto?
- No te asustes Laura. Solo soy una persona que hace posibles algunos sueños. Muy de vez en cuando, aparece una buena persona que sufre por como esta organizado el mundo y busca evasión en la imaginación. Yo soy el encargado de dar un soporte físico a este sueño. En realidad cada detalle de este paraje, están escritos en tu mente.
- De alguna extraña manera, sé que tiene razón.
- Si sabes eso, ¿sabes también lo que tienes que hacer verdad?
- Creo que si. Tengo que sustituirte, ¿cierto?
- Si pero tranquila, eres aun muy joven y a mi me quedan aun algunos años como constructor de sueños. De vez en cuando, cuando la vida te agobie puedes venir a verme y empezare a contarte como dominar la naturaleza y como infíltrate en los sueños para descubrir quien merece que se le construya un sueño y quien no.
- De acuerdo, te lo prometo.
- No hacen falta promesa, al fin y al cabo, es tu destino.

Laura sonrió, porque comprendía que era cierto, y que toda la vida lo había sabido. Beso al anciano en la mejilla, tomó sus sandalias y se encaminó de nuevo al bosque. Una vez allí se calzo y comenzó a adentrarse en la arbolada.
Antes de perder de vista el claro le entro pánico al pensar que quizás nunca podría volver a encontrarlo. Se paro, respiro hondo, y escucho el latir acelerado de su corazón. En ese momento le llego de nuevo la voz clara del anciano.
-No te preocupes niña, siempre que necesites venir aquí, tus pasos se encaminaran sin vacilación hacia el claro.
Eso la tranquilizó, volvió a respirar profundamente, alzo la barbilla y segura de si misma miro hacia al frente. El mundo tampoco estaba tan mal en ese momento, y si en algún momento no lo soportaba, podría venir aquí. Con paso firme se encamino de nuevo a su casa, dejando al constructor de sueños en el bosque esperándola....