domingo, 9 de noviembre de 2008

Sara, de Coruña

Reconozco que apenas pude hacerle caso. Rodeado de cientos de personas que intentaban hacerse oír por encima de los gritos y el alboroto, mientras en el Rincón Cubano sonaba por enésima vez la canción del comandante che Guevara, banda sonora casi oficial de las fiestas de San Mateo, fue cuando me presentaron a Sara, Sara de Coruña. Así somos en AEGEE, no tenemos apellidos, solo un nombre y una ciudad, Sara Coruña, Chema Oviedo, Oscar León, Pilar Madrid…

Pero por fin esa noche conocí a Sara, de la que tantas y tantas veces había oído hablar, que tanto y tanto apoyo había recibido de mis chicos de Oviedo, especialmente de Virginia y de Soni, que tanto y tanto tiempo había intentado crear una sede de AEGEE en Galicia y que tantas y tantas veces había sido ignorada por, o por lo menos no apoyada por las altas instituciones de la asociación. Pero ahora las cosas eran distintas, nueva gente estaba al frente, nuevas ideas e ilusiones  habían llegado y eso se reflejaba en su cara. O al menos eso es lo que a mí me parecía, aunque claro, dadas las circunstancias, las fiestas, la compañía y las altas horas de la noche, es posible que también el alcohol  ayudase. Cierto es, que a pesar de estar trabajando, yo también tenía mi ración de alcohol en las venas.

A pesar de la gente, el estrés del trabajo, el alcohol, y el ruido, tuve la sensación de conocer a Sara de inmediato, ella es así, una persona sin doblez, franca, sincera, con la que te encariñas al momento y con la que sabes que te unirá siempre una magnifica amistad. Mi primera intuición, como casi siempre, no me fallo y al día siguiente, cuando por fin pude hablar con ella un poco más sin tanto estruendo alrededor, me ratifique en mi modo de pensar.

Conectamos rápidamente y nos tomamos mutuamente mucho cariño. Además me identifique mucho con ella, porque también en Oviedo costo un mundo montar una antenna, costó un mundo sacarla adelante y costó un mundo que la gente se volviese activa. Desde luego a Sara le quedaba un largo y duro camino por delante, pero sin duda era la persona idónea para hacerlo.

Me contaron que Coruña, firmaría la convención de adhesión en el NetWork Meeting de Santander (maldita sea, aun me sigue costando trabajo llamar Network meeting a lo que siempre se llamo Regional meeting… será la edad). Decía, AEGEE Coruña firmaría en el NetWork Meeting de Santander, y me pareció una aberración. Siempre se había firmado en un ágora, con mil personas cantando la cancioncita. Sinceramente no me gusto la idea, pero debo reconocer que  estaba absolutamente equivocado. Me hubiese gustado que AEGEE Oviedo firmase como firmo Coruña, con 60 amigos viéndolo, en lugar de con mil personas cantando.

No muchas personas conocen todo el trabajo, el estrés, el papeleo las desilusiones y los quebraderos de cabeza que tiene que hacer, generalmente una sola persona, para llegar a ese momento. Sara lo había conseguido, AEGEE Coruña era ya una realidad. Su voz compungida y sus lágrimas escapándose de sus expresivos ojos daban fe de todo esto. Como si fuese Pedro Almodovar, agradeció a lo divino y lo humano la ayuda recibida. Junto a ella, todos nos emocionamos, y vi más de una lágrima correr por las mejillas de varias personas.

Apenas un par de semanas más tarde su primer evento oficial, un local training course perdidos en la montaña asturiana. Recuerdo que me cogió miedo, quizás no pensaba que me metiera tanto en el papel de malo, y posiblemente me pase con la bronca que le eche. De hecho me  gane la fama de borde, y casi nadie quería tratar conmigo, pero creo que en el fondo entendieron el mensaje. Las cosas hay que hacerlas bien desde el principio, sea ficción o realidad.  Me gustaría pensar que este Network Meeting tan magníficamente organizado es en parte, fruto de eso. Y solo en parte, porque un evento no lo organiza una persona, sino un grupo, y está claro, a la vista de los resultados, que en Coruña hay un gran grupo.

Creerme si os digo que ahora, es posible cualquier cosa. Si habéis conseguido, como me han dicho, cerrar prácticamente todo este evento con casi dos meses de antelación, el mundo se abre ante vosotros. Soñad, y convertid esos sueños en realidad, el primer paso esta dado, el resto solo son mecánicos.

Creo que hablo por todos cuando digo que es un orgullo poder venir aquí, y compartir con nuestras meigas el fruto de su esfuerzo. Solo una cosa a tener en cuenta, existen paraísos más allá de las fronteras gallegas, eventos dentro y fuera de España y amigos por todos los países de Europa. No dejéis de conocerlos.

Quizás así, tengáis la suerte que yo he tenido, y algún día, vuestra pareja, vuestros amigos, os lleven engañados a un lugar recóndito para haceros un homenaje, y os encontréis, como me paso a mí, cara a cara con los emocionados ojos de Sara, Sara de Coruña.