miércoles, 26 de marzo de 2008

Disfrutando de las Pequeñas Cosas

Hacía tiempo que no me pasaba, pero en aquel tablao, disfrutando con los ojos cerrados de aquel solo de guitarra por tarantos, se me saltaron las lagrimas de emoción. Nunca me había acercado al flamenco, y seguramente ese tablao lleno de italianos y japoneses no fue el más idóneo, pero fue una piedra de toque válida. Al menos me di cuenta de una cosa, al contrario que otro tipo de músicas, el flamenco no se puede aprender, se debe sentir.
Esta experiencia, no diré mística, pero si reveladora, fue casi el punto y final de una semana llena de emociones, llena de sentimientos contrastados, y llena, sobre todo, de felicidad.
Y es que, a pesar de ser, como ya dije, un orgulloso pecador, y por no comulgar no comulgo ni con ruedas de molino, debo reconocer que emociona pasar una Semana Santa en Andalucía, aunque solo sea por comprobar con que devoción viven sus gentes estas fiestas. Es impresionante ver el esfuerzo de los costaleros, levantando pasos que me ponen los pelos de punta solo al pensar en su peso, decorados con figuras, flores y velas. Es impresionante ver como mecen a las vírgenes al ritmo de las bandas de música, como se mueve acompasadamente el palio por el esfuerzo de 30 devotas personas. Es impresionante ver las lágrimas de los cofrades y devotos cuando, por la lluvia, no pueden realizar la estación de penitencia. Pero quizás lo más impresionante de Sevilla es el silencio reverencial, sepulcral, espontáneo que se cierne cuando desfila delante de ti un paso.
Sevilla tiene un color especial, pero sobre todo tiene un aroma especial, el aroma de azahar que flota por toda la ciudad, y que hace olvidar la multitud de turistas que la copan. Turistas, como éramos nosotros, aunque en nuestro caso, disfrutábamos más de las pequeñas cosas que de los grandes monumentos. Un paseo y una puesta de sol en el albaicín era preferible a visitar la alambra, una cervecita con una olivas machacás en una terraza en Jerez, mejor que visitar las bodegas Domecq, pasear por el parque de maria luisa y tomar un fino y un montaito de pringá, mejor que visitar los reales alcázares. Cierto es que disfrutamos la visitar la catedral y con la maravillosa vista que, desde lo alto de la giralda, disfrutas de Sevilla, pero fue, por lo menos tan bueno, como sentir en las manos la suave arena de la playa de tarifa, mientras contemplas en el horizonte, el continente africano, tan cerca, tan lejos.
Pocas cosas en el mundo se pueden comparar con disfrutar de unas vacaciones con alguien a quien quieres, cuando por fin consigues dejar atrás el trabajo, los estudios, las obligaciones y dedicarte única y exclusivamente a disfrutar de tu pareja, y compartir con ella las pequeñas cosas que de vez en cuando, la vida te pone delante.
Asi que seas católico o no, nadie se puede perder una Semana Santa en Andalucía pero siempre con alguien querido. Un consejo, busca a alguien que te explique los distintos significados de los pasos, cualquier sevillano estará encantado de hacerlo. Nosotros tuvimos la suerte de tener 3 primos que ejercieron de maravillosos cicerones, Sofia, Reyes y Jose Maria. ¡Gracias primos!

viernes, 14 de marzo de 2008

...Y el infierno, por la compañia

El genial Mark Twain, acuño una de las grandes citas de la historia cuando le dieron a elegir entre el cielo y el infierno, asegurando que “prefiero el cielo por el clima, y el infierno por la compañía”. Hasta hace bien poco, creía que esta frase la había dicho un cantante español venido a menos, y habitual tertuliano de programas de serie z televisiva, así que me alegró muchísimo el conocer que la frase es de tan genial autor.
Y es que no hago otra cosa en pensar en lo acertado de ella desde que salto la noticia de los nuevos pecados sociales de la iglesia católica. Desde pequeño he sido educado en la fe católica, que he ido perdiendo a lo largo de los años, a base de conocer, a base de ver y sobre todo, a base de pensar.
Para los que aun no hayan conocido la noticia, los nuevos pecados condenados por el vaticano, son
1.- Las violaciones bioéticas, como la anticoncepción.
2. -Los experimentos moralmente dudosos, como la investigación en células madre.
3. -La drogadicción.
4. -Contaminar el medio ambiente.
5. -Contribuir a ampliar la brecha entre los ricos y los pobres.
6.- La riqueza excesiva.
7- Generar pobreza.
Según estos pecados, está claro que la iglesia va a perder cada dia más adeptos, puesto que la inmensa mayoría de la población mundial puede considerarse nuevos pecadores. Yo personalmente, me considero un orgulloso nuevo pecador.
Soy pecador por ser un asiduo consumidor de métodos anticonceptivos, puesto que considero que tengo el derecho a tener una sexualidad sana, libre de posibles contagios de enfermedades venéreas así como el derecho a elegir en que momento de mi vida quiero tener descendencia. Además considero que toda mujer tiene el derecho inviolable de elegir cuando quiere ser madre.
Soy pecador, porque soy científico y creo que la ciencia y la investigación han contribuido más a establecer un estado de bienestar y a mejorar la calidad de vida de la raza humana, que la iglesia católica con sus rezos, sus creencias y su “sacrifícate ne la vida para ganarte el cielo”
Soy pecador, porque consumo drogas, alcohol, tabaco y si, laguna vez me he fumado algún porro, tomo café y algunas veces, hasta té- al fin y al cabo, todos son drogas. Y me solaridizo con los drogadictos pecadores del mundo, esos que usan drogas más duras, más adictivas, más destructivas. Son gente que tiene problemas, gente a la que hay que ayudar y esa ayuda no consiste en colgarles el sambenito de Pecador, y castigarles a la condenación eterna.
Soy pecador, porque contamino el medio ambiente. Tengo coche, moto, una casa que gasta energía, trabajo en cocinas que utilizan combustibles fósiles para funcionar. Supongo que el hecho de que sea uno de eso extraños que recicle en su casa, me mitigara en parte la culpa. Quizás por esto, me pase un tiempo en el purgatorio.
Sobre los otros 3 pecados, creo que es la iglesia la primera que tenia que reflexionar. Primero, si conviene condenar la sociedad de consumo y el mercado capitalista en la que viven la mayoría de sus fieles, y en la que aspiran a vivir los que aun no disfrutan de ella. Segundo porque confunden atentados contra la fe, que la fin y al cabo eso y no otra cosa son los pecados, con problemas sociales derivado del estilo de vida que tenemos que si, todos tenemos que luchar para solventar, pero que nada tiene que ver con la creencia en un único Dios, ni con cualquiera de los 10 mandamiento que le fueron entregados, y que no es sino un código ético de convivencia pacífica.
Además, es la iglesia una de las mayores poseedoras de riqueza excesiva, quizás no en sus escalafones más bajos, pero si en los altos, y numerosos son los ejemplos que la historia de estos 2000 últimos años nos ha dejado, siendo la mayor generadora de desigualdades sociales, asesinatos en nombre de la fe y desencadenantes de guerras, condenas a científicos y durante más de un milenio, fue la precursora de una sociedad de clases, donde los siervos vivían como por debajo de la miseria, extorsionados por sus señores y por sus clérigos a partes iguales, mientras que la iglesia se enriquecía y los señores feudales aumentaban su poder.
Al final fue la ciencia la que cambio la sociedad feudal, y desde entonces hemos ido evolucionando, al menos todos menos la iglesia católica.
Por eso creo que en un momento de crisis de la fe, donde cada vez hay menos sacerdotes, cuando se cierran conventos por falta de monjes y donde la sociedad tiene más poder de convocatoria que el clero, el vaticano ha perdido una magnífica oportunidad para dar un paso adelante y adecuarse de una vez al siglo XXI y en lugar de eso, ha cerrado trincheras en torno a una idea caduca que ya no convence a nadie. Deberían reflexionar.
Yo por mi parte, seguiré pecando, al menos a los ojos del Papa y los suyos, y si me tengo que condenar, prefiero pasarme la eternidad disfrutando del sexo, conversando con Einstein y Leonardo, aprendiendo de los errores y de las duras historias de drogadictos. Además seguro que el infierno estará bastante más animado que el paraíso