jueves, 17 de enero de 2008

Rosa de los Vientos

Con la llegada del año nuevo, como si una invisible rosa de los vientos se hubiese posado sobre Oviedo, los vientos del norte, del este y del sur, nos trajeron nuevas amistades, nuevas incógnitas. Casi sin darnos cuenta, después de tantos meses de trabajo, de tantas reuniones on-line, de sorprenderme, una vez más, con la capacidad de trabajo de Vir y el increíble control que tiene Simone de las cuentas, del perfecto control del resto de los organizadores, como en un susurro que el viento trae desde la lejanía, la European School 2 habia llegado.
Debo reconocer que no comencé la ES2 con la ilusión que tenia en anteriores eventos, más que nada por no tener tanto contacto con la organización, por no conocer de antemano a los participantes, al no haber realizado nosotros la selección, y en menor medida, por mi situación personal. Sin embargo, dispuesto a ayudar siempre, me presente en el albergue. Como siempre, la vida te da sorpresas y, también esta vez, disfrute mucho organizando, volví a hacer nuevos amigos, y descubrí o mejor dicho, acabe de descubrir a maravillosas personas.
Casi al final del evento, se levanto un poco de viento del sur de nuevo, trayendo con él a nuestros amigos leoneses, y el viento del este trajo a nueve santanderinos, junto a un pedazo de corazón asturiano, que me dejo siempre al lado de ella, para que no se sienta sola y la arrope en las noches. Y vinieron para acabar de llenar la noche asturiana de bromas, risas, bailes y sidra, mares de sidra que fluyeron ese fin de semana.
Después, el gélido viento del oeste se llevo a santanderinos y alemanes, leoneses, eslovenos, griegos, holandeses y todas las demás nacionalidades ahí presentes. Y de paso, como siempre, un poquito de nosotros se fue con ellos también.
Un cálido viento del sur, húmedo, tiñó de plomo el cielo asturiano, descargando sobre su suelo jarros de agua, y dándole a los verdes campos un aire de melancolía, por un evento más acabado, por unos nuevo amigos que con los que como siempre nos hemos dado una cita. La próxima vez que nos veamos será… en algún lugar de Europa.
En momento como este, siempre me replanteo mi presencia en AEGEE, y es posible que mis tiempos estén ya concluidos, pero he dicho esto tantas veces ya, que al final, ni yo me lo creo, como si el cuento del lobo fuese. Por eso no quiero decir que este es el punto final, sino que, como siempre, es un placer trabajar con vosotros, mis chicos de AEGEE Oviedo, y que espero poder volver a contar con vosotros, y que, como decía María, cuando nos vuelvan a pedir las estrellas, nuestra respuesta sea… Solo eso?